Conocemos el problema, pensamos diferente y creamos la solución.

Dos amigos, que trazaban su camino profesional de forma tradicional, se encontraron un día buscando el mismo lugar, un espacio diferente con aire de libertad e independencia, que les permitiera ser felices mientras pensaban estratégicamente y aportaban a su organización.
“Uno de ellos encontró que esta era una solución para visionarios de todos los países y entonces se vió inmerso en una encrucijada: despegar a un mundo desconocido con un nuevo modelo laboral o quedarse en un mundo estático y cotidiano, destinado a desaparecer.”
Él había conocido el trabajo híbrido y, al ser experto del mundo empresarial, ideó un cohete e invitó a su amiga a iniciar un viaje que cambiaría el mundo para siempre.
Al ser creativo, un hombre empático y sociable, asumió la misión de reunir lo necesario para que el cohete pudiese ser armado y, cuando el momento llegara, despegara de forma tal que el mundo al conocerlo no volvería a ser igual.
La amiga, inteligente, soñadora y sagaz, decidió llevar a cabo la tarea de encontrar las piezas necesarias para que este cohete tuviese un viaje exitoso, dejando su huella en todos los continentes por donde pasaría una vez iniciara el viaje.
Ambos amigos dedicaron un gran esfuerzo y tiempo para la construcción de esta nave, que tuvo que ser adaptada a medida que más personas se sumaban al proyecto. Algunos vieron el potencial que tenía y decidieron poner de su parte para la construcción de esta idea; otros, pensaron que lo mejor sería aportar con sus recursos y unos más, decidieron brindarle al cohete los espacios necesarios para su despegue.
Durante su construcción, lo que empezó siendo la idea de uno, pasó a ser la creación de dos y luego la pasión de 30 (y contando) y a ellos se sumaron individuos con proyección, reconocidos negocios y los mejores aliados.
El despegue fue turbulento, pero poco a poco el cohete fue alzando vuelo y desde entonces el mundo ha podido ver en su estela todos los beneficios que deja tras de sí.
Esta historia no tiene fin.